Instalado en Chilpancingo el 13 de septiembre de 1813 a instancias de José María Morelos y Pavón. En él se declaró la independencia de la América Septentrional, la abolición de la esclavitud, la protección de la religión católica y la promulgación del Decreto constitucional para la libertad de la América mexicana, que estableció la división de poderes, la soberanía y el reconocimiento de los derechos de los ciudadanos.

Al consumarse la Independencia, se estableció la Soberana Junta Provisional Gubernativa, elegida por Agustín de Iturbide, y designó a los integrantes de la Regencia que habría de organizar las elecciones de los diputados del Congreso Constituyente. Este Congreso no emitió Constitución alguna y tuvo una relación tensa con Iturbide, quién ordenó la disolución del cuerpo legislativo. Los acontecimientos posteriores al Plan de Casa Mata condujeron a la restauración del Congreso a principios de 1823, al tiempo que Iturbide (Agustín I) abdicaba al trono. El Congreso creó el Supremo Poder Ejecutivo y declaró ilegal el Imperio.

Instalado el 7 de noviembre de 1823. Este nuevo Congreso Constituyente promulgó la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, que estableció la república representativa, popular y federal como forma de gobierno de la nación mexicana.

Los conflictos con Texas y Zacatecas fortalecieron a los políticos centralistas, que se impusieron en el Congreso y aprobaron las Bases de Reorganización de la Nación Mexicana, estableciendo al centralismo como nueva forma de gobierno. En 1836, el Congreso promulgó la Constitución Centralista, conocida también como las Siete Leyes.

Surge como respuesta a las dificultades políticas, sociales y económicas del país causadas por la organización política y militar del gobierno de Antonio López Santa Anna. En este Congreso se buscó desaparecer las corporaciones, garantizar la libertad política y la libertad de comercio, así como subordinar el ejército y la iglesia a la autoridad civil.

Los legisladores y Antonio López de Santa Anna tuvieron varias discrepancias debido a sus intentos de reconquistar Texas y de aumentar, en correspondencia, el gasto militar. Esto implicó el incremento de impuestos, y la correspondiente exigencia de rendición de cuentas, lo cual no terminó por suceder. Sin embargo, el Congreso cobró fuerza e independencia, llegando a declarar como inconstitucionales varios actos del presidente.

Se convocó el 16 de octubre de 1855, pero sus sesiones comenzaron en febrero de 1856. En este Congreso se abordaron temas que nunca se habían debatido, como la tolerancia religiosa, el problema agrario, la situación de los indios y los derechos de las mujeres. ‍ En su última sesión, el 5 de febrero de 1857, se promulgó la Constitución Política de la República Mexicana.

Motivado por las concesiones hechas a campesinos y obreros durante la lucha armada, fue convocado por Venustiano Carranza con el propósito de modificar la Carta Magna de 1857 para materializar cambios constitucionales en el ámbito agrario y laboral. La promulgación de la Constitución, vigente hasta el día de hoy, se dio el 5 de febrero de 1917, y en ella se consideró una reorganización nacional que abarcó asuntos de índole política, económica, social, diplomática y cultural.